miércoles, 22 de septiembre de 2010

AUTORES

CESAR GONZALEZ
JULIO PEREZ
NICOLAS REYES
DAVID ZAMORA
MARTIN VEAS




INTRODUCCION

Francisco Antonio Pinto


En 
1829 estalló una revolución que enfrentaba dos facciones que pujaban por imponer sus propios modelos políticos, en su visión de la forma que debía adoptar la naciente nación - estado chilena.

Unos eran los liberales, su mirada se dirigía especialmente a Francia, proponiendo un modelo político que garantizaría la mayor cantidad de libertades individuales.

La contraparte era representada por los conservadores, cuya mirada se centraba en el pasado colonial, en el sentido de un poder central fuerte y autoritario que fuera capaz de imponer orden.


Luego de una serie de ensayos constitucionales e instabilidad política que se prolongaron por espacio de siete años, se ahondaron los rencores que culminaron en una verdadera guerra civil.

El detonante se produjo a raíz de los resultados de los comicios para elecciones de congresales, que redundó en la renuncia del Presidente 
 Francisco Antonio Pinto a su cargo, lo sucedió Francisco Ramón Vicuña Larraín, en julio de 1829.

El Congreso dominado por los liberales eligió en el cargo de vicepresidente a Joaquín Vicuña Larraín. A pesar de ser tercera mayoría, pero de tendencia pipiola, los conservadores consideraron que la constitución había sido violada, por lo que se unieron en un solo bloque O'Higginistas, estanqueros y pelucones en contra del gobierno.


General Francisco de la Lastra

El Ejército del sur se encontraba estacionado en Concepción bajo el mando del General Joaquín Prieto, quien se sublevó en defensa de la Constitución y marchó hacia Santiago.

En la capital, las tropas de gobierno quedaron a cargo del 
 General Francisco de la Lastra. El primer choque entre ambos ejércitos se produjo el 14 de diciembre de 1829 en Ochagavía, a las puertas de Santiago. Tras el combate en que no hubo vencedores ni vencidos,  ambos bandos acordaron firmar una tregua y poner a disposición de Freire el mando del país.

Prieto, apoyado por los sectores conservadores, asumió la dirección del Ejército, lo que motivó que Freire partiera con sus tropas por Valparaíso a Coquimbo, a comienzos de 1830.

LA BATALLA

















La Batalla de Lircay tuvo lugar a orillas del río Lircay, cerca de Talca, el 17 de abril de 1830. Marcó el fin del periodo conocido como deOrganización de la República y el comienzo de la República Conservadora.
De acuerdo con el Pacto de Ochagavía los dos ejércitos que habían participado en la acción, el de Prieto y el de De la Lastra, se ponían al bajo las órdenes de Ramón Freire. Pero el tratado era solamente el fin de la primera parte de la Guerra Civil de 1829-1830 e inmediatamente comenzó la segunda parte, o sea, la lucha entre los estanqueros y o'higginistas y los pipiolos.
Freire se le convenció que la Junta Provisoria que se había elegido de acuerdo al tratado no era más que una pantalla para traer de nuevo a O'Higgins a quien odiaba, como la mayor parte de los pipiolos.
Freire entró en conflicto con la junta, invadiendo sus atribuciones, y, por su parte, Prieto le negó el mando del ejército del sur. Freire, después de un intento fallido de apoderarse de Coquimbo se embarcó al sur el 17 de febrero de 1830 y desembarcó en Constitución.
Avanzó hasta la hacienda Prado, en la ribera poniente del río Loncomilla, donde se le reunieron las tropas de José Rondizzoni que venían desde Coquimbo pero a las cuales un temporal impidió desembarcar en Constitución y lo hicieron en Navidad y las de Benjamín Viel que venían desde Chillán. En total, Freire enteró 1.750 soldados, de los cuales 1.100 eran infantes, 600 de caballería de líneas y de milicias y cuatro cañones útiles servidos por cincuenta artilleros.
Por su parte, Prieto, entre las fuerzas de su propio ejército y las del coronel Cruz, logró enterar 2.200 hombres, de los cuales unos 500 eran de caballería de línea y 400 milicias montadas y una artillería con 12 cañones.
En cuanto a comando táctico, Freire contaba con varios oficiales de gran prestigio como eran VielGuillermo Tupper y RondizzoniPrieto, por su parte, tenía en su comando a los coroneles Manuel Bulnes y Cruz.
En la noche del 14 al 15 de abril el ejército de Freire pasó el río Maule y ocupó la ciudad de Talca, pensando resistir allí el ataque dePrieto. El 16 de abril Prieto se situó en el cerrillo de Baeza, una legua al poniente de la ciudad. Rondizzoni convenció a Freire que el encierro en Talca equivalía a un suicidio y, al amanecer del día 17, el ejército salió del pueblo y se situó al poniente del cerro de Baeza, donde estaba Prieto el día anterior y tendió la línea de batalla con frente al nororiente, dispuesto a mantenerse a la defensiva, protegido por fosas, ciénagas y lomas que hacían imposible que Prieto lo embistiera de frente.
Entretanto, Prieto, informado de que el enemigo había salido de Talca, se movió hacia la orilla del Lircay en demanda de las posiciones enemigas. Una inspección del terreno lo decidió a dirigir las columnas hacia la ciudad para tomar al enemigo por su flanco. Dejó su caballería y algunos cañones frente al enemigo para impedirle replegarse a Talca y siguió avanzando al sur hasta llegar a los suburbios de la ciudad.
Este movimiento engañó a Freire, quien creyó que Prieto eludía la batalla y que continuaría a Concepción. Entretanto, Prieto había formado su línea en los extramuros de Talca, protegiéndose en los ranchos y logrando situar la artillería que, dando un rodeo, había tomado la misma dirección que el grueso del ejército. Se logró emplazar once cañones que dominaba el campo entre los dos ejércitos.
La artillería abrió fuego contra la línea de Freire, mientras la infantería y la caballería empezaron a flanquearla, lo que obligó a retirar toda la línea hasta el río Lircay. Mas al llegar a esta posición, Rondizzoni advirtió que era mucho más difícil de defender que la que acababan de abandonar. Como último recurso, se resolvió dar una carga contra la infantería de Prieto que picaba la retaguardia y que aún no estaba protegida por los cañones.
Dando nuevamente la cara al enemigo, cargó Rondizzoni con toda la caballería. Mas los escuadrones de Prieto, por orden deManuel Bulnes, fingieron huir hasta arrastrarlo lejos de su infantería, y volviendo súbitamente cara, reforzados por un escuadrón de refresco, lo destrozaron en menos de diez minutos. Las columnas, batidas de frente por el fuego de la infantería y por varios cañones, que Prieto había hecho avanzar con gran rapidez, y amagadas por ambos flancos por la caballería, retrocedieron a las lomas de la ribera sur del río.
Rondizzoni, que recibió dos heridas leves, se retiró del campo y gracias a ello salvó la vida. Viel ya había huido y atravesado el LircayFreire dio orden a la infantería de retirarse hacia el norte y seguido de otros oficiales tomó la fuga. Manuel Bulnes, en una maniobra extraordinariamente rápida, cortó la línea de retirada de la infantería mientras Prieto y Cruz la cercaban por el frente y los costados.
Los mil infantes que quedaban con vida y los cincuenta artilleros resistieron durante dos horas el fuego de los cañones y de los fusiles y las cargas de caballería. El odio con que se peleó por ambos bandos fue feroz; los del ejército de Freire que habían sido azuzados por sus jefes y los políticos pipiolos, preferían morir antes que rendirse a Prieto, y los de éste, veían en los extranjeros VielTupper y Rondizzoni los verdaderos responsables de la guerra.
A las cuatro de la tarde, habiendo abandonado Freire a sus tropas, Elizalde, que había tomado el mando, intentó romper el cerco, pero él mismo cayó muerto de un balazo. El coronelTupper fue materialmente destrozado a sablazos, lo mismo que el oficial de marina Roberto Bell.
Los partes oficiales disimularon las bajas de ambos bandos, pero los testimonios de los participantes hacen subir a 350-400 el número de muertos en el ejército de Freire y a alrededor de 1.000 prisioneros. Las bajas de Prieto alcanzaron las 130 bajas.